La legislación francesa sigue el principio de la demarcación de los territorios vitivinícolas según criterios geográficos. Este sistema de protección geográfica es conocido como Apellation d’Origine Contrôlée (AOC), está regulado por el Institut National des Appellations d’Origine (INAO) y se basa en reglamentar diferentes aspectos de las AOC, entre otros los límites geográficos, las variedades o los rendimientos permitidos, para garantizar que los vinos cumplen con unos mínimos de calidad. Estas indicaciones geográficas no guardan entre ellas ninguna jerarquía y su pertenencia a una de ellas no implica que sus vinos sean de mayor calidad que los de cualquier otra.
La extensión y diversidad de la región bordelesa se traduce en la existencia de una gran variedad de AOC, concretamente 60. Seis grandes familias de vinos reagrupan las distintas denominaciones de Burdeos: Le Médoc; Blaye et Bourg; Le Libournais; L´Entre- deux-Mers; Les Graves et Sauternais; Bordeaux et Bordeaux supérieur.